La exposición itinerante “Menos residuos = Más recursos”, que promueve Sogama y la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio, viaja hasta el concello de Ordes, donde permanecerá hasta el próximo 4 de febrero con el fin de que los vecinos de la localidad puedan tomar nota de diez sencillos consejos con los que disminuir la producción de desechos en origen, principal eslabón en la gestión sostenible de los mismos.
A través de una serie de paneles, que ya se encuentran ubicados en la alameda municipal, se da buena cuenta de los comportamientos que permitirán a los ordenses entregar menos basura a Sogama, logro que posibilitaría una disminución del importe de la factura que el ayuntamiento abona mensualmente a esta empresa pública.
Un educador al servicio de la Sociedade Galega do Medio Ambiente repartirá entre los transeúntes dípticos informativos en los que se describen y se detallan las pautas para hacer frente, de forma decidida, a la ingente cantidad de desechos que cada día se generan en los hogares.
Gestos sencillos, asequibles y rentables
La exposición alude a la imperiosa necesidad de separar los residuos por tipologías y depositarlos en los contenedores correspondientes para propiciar su posterior reciclado
Se recomienda comprar con cabeza y hacer una lista previa de lo necesario, evitando con ello sucumbir ante ofertas que no reportan beneficio alguno. También dar preferencia a los productos locales y de temporada, disminuyendo las emisiones de CO2 derivadas del transporte y posibilitando al mismo tiempo una mayor actividad económica en el entorno, y poner fin a las malas prácticas de usar y tirar, propias de un modo de vida lineal (extraer-fabricar-consumir-tirar), optando por bienes de larga duración, fácilmente reutilizables y reparables.
Asimismo, se apunta a la conveniencia de que el tradicional carro de la compra salga de nuevo a la calle o bien que el consumidor lleve su propia bolsa de casa. Con ello se dejarían de consumir cantidades desorbitadas de bolsas plásticas no biodegradables que están ocasionando serios trastornos en los ecosistemas, toda vez que tardan siglos en desaparecer.
Los artículos a granel y con el menor envase y embalaje posible representan también una buena alternativa, debiendo moderarnos igualmente a la hora de imprimir, gesto que provoca un gran derroche de papel.
Conviene también revisar armarios, en los que solemos acumular mucha ropa que no usamos. Liberarlos de prendas y donarlas a entidades sociales que promueven su reutilización y reciclaje constituye un gesto ambiental y solidario en toda regla.
Ojo con las pilas. Una sola pila botón, a pesar de su aparente carácter inofensivo, puede llegar a contaminar 600.000 litros de agua. Mejor las recargables.
Con la comida no se juega
Ni que decir tiene que el desperdicio alimentario debe concentrar buena parte de nuestra atención. En Europa se pierde a lo largo de la cadena un tercio de la comida que se produce, dando lugar a un problema de primera magnitud con un serio impacto ambiental, ya que contribuye al cambio climático, y económico, sin olvidar su dimensión social y moral: arrojamos alimentos al cubo de la basura mientras millones de personas en todo el mundo se mueren de hambre.
Sogama, consciente de esta situación, ha puesto en marcha ya distintas iniciativas para contribuir a aminorar la cantidad de alimentos desperdiciados. Es el caso de su página web www.aproveitatedoquechesobra.es, donde analiza este escenario, contemplando una serie recomendaciones para hacer frente a este fenómeno; su libro “Para repañar o prato!”, en el que incluye recetas de cocina a partir de sobras de comidas (entrantes, platos de carne y pescado, y postres), así como sencillos trucos para la conservación de alimentos; y su participación, el pasado mes de noviembre, en la Semana Europea de la Prevención de Residuos 2017 con la campaña “Coa comida non se xoga. Non tires alimentos!”, impartiendo charlas y dinámicas en los institutos de los ayuntamientos limítrofes con el complejo medioambiental de Cerceda, entre los que se encontraba el Nº1 de Ordes.
Ya como colofón, la exposición alude a la imperiosa necesidad de separar los residuos por tipologías y depositarlos en los contenedores correspondientes para propiciar su posterior reciclado: amarillo, para latas, briks y envases de plástico; azul, para envases de cartón y papel; iglú verde, para envases de vidrio; recipiente específico para pilas; y contenedor verde convencional, para la fracción resto.
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