El uso de plástico reciclado en envases alimentarios: Así es el challenge test

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Sobre la Entidad

AIMPLAS
Instituto Tecnológico del Plástico

El uso de material reciclado en envase alimentario es una oportunidad para el sector, pero está sujeto a importantes requisitos medioambientales y sanitarios que deben tenerse en cuenta. No hay que olvidar que los materiales reciclados provienen de residuos, ya sean industriales o domésticos, por tanto la seguridad alimentaria es el punto crítico. Hay que garantizar que el producto final sea seguro y no suponga un riesgo para la salud.

En España desde el año 2008, y gracias al Reglamento (CE) 282/2008, está permitido el uso de material reciclado en contacto con alimentos bajo las exigencias establecidas en el mismo.

El origen y recorrido del producto hasta convertirse en residuo y posteriormente hasta convertirse en reciclado es muy importante. Existen distintas posibilidades en el uso de material reciclado y cada una conlleva unos requisitos:

  1. Recortes Industriales. Se trata de uso de material reciclado procedente de residuo industrial alimentario, pre-consumo. En este caso los materiales siguen la legislación básica y no requieren especificaciones distintas a las de un material virgen, incluidas las buenas prácticas de fabricación.
  2. Reciclado tras barrera funcional. En este caso el material reciclado está en contacto indirecto, en la capa interna de un envase multicapa. Esta barrera funcional impide la migración al alimento de las sustancias que se encuentran detrás de ella.
  3. Autorización de la planta que produce el material reciclado o el producto reciclado por la EFSA. El material además de cumplir las mismas exigencias que el material virgen debe obedecer exigencias adicionales por su riesgo potencial.

Para autorizar la planta, entre otros aspectos, los residuos deben:

  • Ser analizados y controlados.
  • Tener origen alimentario: residuos generados a partir de materiales y objetos destinados a entrar en contacto con alimentos o con una formulación como tal.
  • Proceder de un circuito de cadena cerrada y controlada que garantice la no contaminación o demostrar una descontaminación.

Pero ¿cómo podemos asegurar que un material se ha descontaminado para que no plantee ningún riesgo para la salud humana?

Para lograrlo hay establecer un protocolo de ensayo donde se establezca un procedimiento de contaminación del material estableciendo el peor de los casos que entra al proceso de reciclado y/o de transformación y una posterior evaluación del resultado.

Este es el challenge test o ensayo de estimulación, que analiza la eficacia de los procedimientos de limpieza para la descontaminación de materiales u objetos de plástico.

El challenge test paso a paso

  1. Se contamina el material (lámina, triturado, granza, etc.) con contaminantes modelos. La elección de estos depende del peor de los casos que se puede presentar, y depende del tipo de residuo y el posible recorrido del mismo, adaptándolos a cada caso, tanto su naturaleza como su concentración. .
  2. Se analiza el material contaminado para ver el grado de contaminación que se ha obtenido (puede ser el máximo o el establecido previamente).
  3. Se hace pasar el material contaminado a través del proceso de reciclado y/o transformación. En la mayor parte de los casos se requiere de una tecnología denominada superclean o de súper-limpieza. Existen distintos procesos de súper-limpieza en función de algunos aspectos, como el tratamiento de descontaminación empleado, el material, el grado de contaminación, etc.
  4. Se analiza el material obtenido tras el proceso, para ver si persisten y en qué concentración los contaminantes añadidos inicialmente. Esto permitirá ver la eficacia de la descontaminación y comparar los resultados con los umbrales establecidos por la legislación de la UE.

Europa ya ha emitido opiniones científicas sobre las autorizaciones presentadas inicialmente, a falta de una publicación de los números de autorización, en España, se puede emplear material reciclado que tenga autorización de sus países o con una opinión científica favorable.

Si el material reciclado, proviene de España, como no había una autorización nacional, hasta la publicación definitiva del número de autorización se puede emplear para contacto con alimentos, siempre que:

  • EFSA haya emitido una opinión favorable sobre la planta
  • El responsable del proceso de reciclado haya notificado a las autoridades sanitarias competentes de la comunidad autónoma donde estén ubicadas sus instalaciones, el comienzo de la fabricación de este material, para facilitar así su control oficial.
  • El responsable del proceso de reciclado garantice que el material reciclado ha sido obtenido siguiendo las condiciones de fabricación dispuestas en la opinión de EFSA.
  • Los operadores garanticen que se cumplen los usos y condiciones evaluados por EFSA. (Los operadores tienen que cumplir con las condiciones establecidas en el Reglamento 2023/2006).

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