(Soria) El concejal de Medio Ambiente visitó ayer la instalación que permite solucionar el problema de vertidos de toda la comarca y ahora espera el compromiso de la Junta para naturalizar el Bellosillo. Este centro, que recibe desde febrero y ha comenzado a seleccionar ya este mes, genera 9 empleos y ha supuesto una inversión próxima a los dos millones de euros. Consigue recuperar el 88% de todos los residuos que llegan.
El concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Soria, Javier Antón, ha visitado esta mañana la nueva planta de tratamiento de residuos de la construcción cuya puesta en funcionamiento se ha hecho de forma simultánea al cierre del Bellosillo, lo que ha permitido que la colaboración público-privada solucione una carencia prolongada en el tiempo en la comarca. La empresa Gestión de Residuos de Soria ha puesto en marcha el tratamiento de los escombros este mes después de comenzar con su recepción en febrero para evitar en desajuste entre el cierre de una y la apertura de otra y después de la colaboración entre Ayuntamiento y empresa a la hora de marcar los tiempos.
Javier Antón ha recordado que “desde la pasada legislatura hemos estado trabajando en buscar una solución para los residuos de la construcción y no existía en Soria una planta cercana que pudiera tratarlos de forma ecológica y, por ello, quiero agradecer la iniciativa privada por su esfuerzo inversor y porque sabemos que no es el mejor momento económico. Después de todos los trámites, el esfuerzo ha merecido la pena y debemos pedir y exigir que todos los constructores e instituciones cumplan la normativa y traigan aquí los residuos”.
Javier Antón ha subrayado el trabajo realizado en materia medioambiental al explicar que “hemos conseguido, por un lado, que los constructores tengan cerca una planta que les permite recuperar y reciclar sus residuos y, por otro, lograr el cierre y clausura del Bellosillo. Nos queda un tercero que es la renaturalización del Bellosillo y para ello queremos contar con la Junta, tal y como estaba comprometido, pero será en un nuevo paso”.
Esta planta de clasificación, valorización y reciclaje de residuos no peligrosos, en su mayoría procedentes de la construcción, está ubicada junto a la RSU de Golmayo, tiene una extensión de 30.000 metros cuadrados, una inversión de 2 millones de euros y genera 9 empleos.
Luis Miguel Beltrán, director de la planta, ha explicado durante la visita en la que ha mostrado los diferentes procesos de reciclado que “damos respuesta a un gran problema de la ciudad y de la comarca ya que no existía un lugar legal donde depositarlos. Damos salida a los residuos y los tratamos para que vuelvan al mercado como materia prima.
Clasificamos cartón, plástico, hacemos árido reciclado... Sólo eliminamos un pequeña cantidad, en torno al 12% de la entrada, que debe ir a vertedero. De cada 1.000 kilos, sólo 120 van a vertedero, antes iban los 1.000”. Los procesos se realizan de forma semiautomática con personal y maquinaria como seleccionadoras, imanes, triajes manuales, machacadoras y trituradoras consiguiendo la valorización que exige el mercado. La previsión es tratar 50.000 toneladas año, aunque la planta podría asumir más de 100.000 con los medios que ha puesto en marcha.
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